Una sencilla aplicación creada en Google Firebase logró reducir a menos de la mitad el tiempo en el que un colegio en Buenos Aires entrega a sus padres a 2.000 estudiantes.

Con una lista de papel y mucha paciencia, un puñado de padres y profesores del Colegio Pestalozzi de Buenos Aires, Argentina, debían llevar a cabo cada día una labor muy delicada: asegurarse que los 2.000 chicos que estudian allí se encontrarán con sus padres de forma segura al terminar la jornada.



Todas las tardes, cientos de padres hacían una fila en sus autos en las calles alrededor de la escuela. “Alguien anotaba todos los que estaban en fila, volvía con la lista y llamaba a los chicos”, recuerda Hernán Liendo, padre de dos estudiantes.

Era un proceso lento y tedioso que tomaba casi una hora y causaba una tremenda congestión en el barrio residencial alrededor del colegio. Algunos padres se estacionaban en zonas prohibidas y empeoraban el tráfico. Otros, queriendo anticiparse a la cola, llegaban antes de tiempo y entorpecían todo.

Liendo forma parte del equipo de padres voluntarios que ayudaba en esa labor. Es un veterano desarrollador y emprendedor que ha fundado tres empresas y hoy es el CTO de BotMaker, una compañía que se especializa en la creación de formas de interacción conversacional y chatbots para Google Assistant y otras plataformas. Pronto se dio cuenta de que podría solucionar todo el problema con una aplicación sencilla.



La idea básica es sustituir al recadero por una notificación a los celulares de padres y profesores. Apenas un padre de familia llega por su hijo, accede a la aplicación y avisa que ya llegó. El aviso le llega al profesor encargado del chico en tiempo real, quien autoriza a su salida. Hernán se puso en la tarea y en cuestión de un par de días logró crear una primera versión.

La tecnología de Google Firebase le permitió a Liendo solucionar fácilmente todos los retos técnicos de la aplicación. El más importante era que la información circulara en tiempo real entre padres y profesores, cosa que el servicio de Google permite lograr de manera sencilla. “Saber de manera inmediata qué autos acaban de llegar reduce muchísimo la carga”, cuenta.

En segundo lugar, la seguridad es crucial. “Nos interesa que la información esté muy protegida y solo pueda verla la gente que necesite verla”: al fin y al cabo, se trata de datos muy sensibles de los chicos y sus familias. Firebase hace posible que nadie que no esté autorizado tenga acceso a lo que ocurre en la aplicación. Liendo cuenta que configurar la privacidad de la aplicación fue muy sencillo y que no han tenido problemas al respecto.

En tercer lugar, la aplicación debía ser flexible y ‘agnóstica’ a las tecnologías. Los padres tienen diferentes dispositivos, de diferentes ‘gamas’ y con diferentes sistemas operativos móviles; pero todos ellos debían poder usar la app. Hoy, el servicio funciona en una página web móvil, lo que fue posible gracias a la flexibilidad de Firebase para desarrollar aplicaciones para entornos diversos.

Además, el entorno de Firebase le ha permitido a Hernán iterar rápidamente y ajustar su aplicación. No solo porque no requiere ninguna inversión adicional en infraestructura ni en servidores, sino también porque hace fácil iterar y crear nuevas versiones en ciclos de desarrollo ágiles.



En seis semanas de desarrollo, Liendo ya va en la versión 60, y ha podido añadir muy rápidamente la retroalimentación que ha recibido de los usuarios. “Por ejemplo, hemos aprendido que los maestros necesitan una versión particular porque tienen otras necesidades”, cuenta.

Tiempo ahorrado, y mucho más

Gracias a todo eso, hoy el proceso diario de entregar a los chicos del colegio dejó de ser un caos. Pasaron de gastar casi una hora a hacerlo en menos de la mitad del tiempo. En una ocasión lograron evacuar a todos los estudiantes en 19 minutos.

Más allá de eso, los datos generados por la aplicación permite entender el proceso para seguir mejorándolo. “Con base en los números, que antes no había, estamos comenzando a entender el proceso: por qué se tarda más o menos, o cuáles son los tiempos promedio”, dice Liendo.

A mediano plazo, Liendo espera que la aplicación sea una herramienta educativa. “Es una buena oportunidad para que los chicos de secundaria tengan un primer empuje para trabajar en proyectos de análisis de datos o de desarrollo de software”. Su objetivo es que el mantenimiento futuro de la aplicación lo hagan los mismos estudiantes.

Por todo eso, el Ministerio de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires hizo una visita al colegio en 2018 para entender la solución y replicarla en otros colegios de la ciudad, pues el embotellamiento a la salida de las clases es un problema muy común.

Así, gracias a una idea brillante ejecutada con la tecnología adecuada, la ciudad podrá solucionar uno de sus principales problemas de tráfico, cientos de profesores y funcionarios podrán ir a casa más pronto después del trabajo, y —lo más importante— miles de padres pasarán menos tiempo en el tráfico y más tiempo con sus hijos.