El pasado 31 de enero, un avión Hércules C-130H de la Fuerza Aérea Uruguaya aterrizó en la isla Jorge Rey, de la Antártida. En él iba el emprendedor uruguayo Nicolás Bianchi y su hermano Santiago, quienes ese día comenzaron a cumplir un viejo sueño: llegar al continente más septentrional del planeta, al desierto más grande del mundo, al agreste Polo Sur. Todo para mapear sus calles para Google Street View.
El sueño surgió hace muchos años, cuando un amigo de Bianchi le contó de su viaje por esa región del mundo en medio de una expedición científica. “Como que me volvía loco, de alguna forma quiero llegar allá y generar valor en cierta forma, tener un impacto positivo”, dijo Nicolás en una entrevista.
Lo que siguió fueron cuatro años de planeación: buscar la forma de llegar, los patrocinadores y el proyecto que le permitiría a Bianchi lograr el impacto positivo que quería. Cuando todo estaba listo, en marzo de 2020, llegó la pandemia de coronavirus y frustró los planes. El día señalado finalmente llegó dos años después, luego de una cuarentena en un complejo de la armada con hisopados día de por medio. La espera ayudó: el plan original era pasar 16 días en la Antártida, pero con este nuevo itinerario los Bianchi tendrán seis semanas allí.
En su vida ‘normal’, Nicolás Bianchi es diseñador de UX en Mercado Libre, y asesora emprendedores en ese campo como Google Expert y mentor en el programa Launchpad. Además, es profesor universitario y ha sido emprendedor.
La misión de los Bianchi es caminar las calles que unen algunas de las diferentes bases científicas del norte de la Antártida, capturando imágenes en 360 grados para la plataforma de mapas de Google. Cada día tendrán que cargar 10 kilos de equipos, y medir las coordenadas de cada paso que dan.
El objetivo inicial es mapear la zona donde se ubican las bases uruguaya, rusa, china y chilena. Además, tratarán de llegar a las inmediaciones de las bases coreana y argentina, para lo cual deberán viajar cinco horas en bote. “Estimamos, mínimamente, hacer entre 20 y 50 kilómetros en una primera instancia; si podemos hacer más, mejor; según lo permita el clima”, dijo al periódico El País de Uruguay.
El principal reto es superar los obstáculos que imponga el clima de la Antártida. En enero y febrero, el verano austral, la temperatura promedio llega a 1,8 grados centígrados, pero puede haber borrascas y vientos que hagan más difícil el trabajo de los Bianchi. También está el reto de tener el menor impacto ecológico posible, para lo cual estarán acompañados en todo momento de personal de la Base Científica Antártica Artigas; que además podrán ayudarles a evitar los caminos más peligrosos del inhóspito continente.
Otro reto es entender cómo funcionan los equipos en condiciones tan extremas. En Uruguay se hicieron algunas pruebas antes del viaje, especialmente para calibrar los lectores de GPS sin otros puntos de referencia. Pero sigue siendo una incógnita entender qué dificultades podrían tener las cámaras, las baterías y los demás gadgets con esas condiciones de temperatura, viento y humedad.
A su regreso, Bianchi espera regresar con terabytes de imágenes y datos para luego subir a la plataforma de Google Street View, de modo que todos los demás usuarios de internet podamos recorrer sus pasos en el continente más inhóspito del mundo y recorrer virtualmente esos caminos, en los que tan pocos seres humanos han puesto sus pies.